Cabrones y no corderos

Hace un tiempo, mientras paseaba, solía escarbar cuando pisaba sobre un terreno árido, no le di mayor importancia y pensé seria un tic adquirido por cualquier motivo. A su vez notaba desde tiempo atrás que en mi cabeza me punzaba un dolor, apurando que sean dos, separados entre si por unos cuatro dedos.

Entre la inhumanidad humana, las injusticias a las que son sometidos aquellos que buscan un sueño mas allá de un mar, la pobreza educativa que se está labrando por capricho, la vulneración del derecho a decidir de una mujer, tantos pequeños con tratamientos que sus familias apenas pueden sostener, la marcha de la ciencia con un billete de ida, con vuelta cerrada. 

Tantos desahuciados por la mala practica de aquellos que aún asi quedan impunes y son recibidos con aplausos. Las riquezas de un clero que se encuentra inmerso en una cloaca de abusos y riquezas manchadas que no lograron con su sudor. Y vuelvo a mi, tras comprobar los motivos de mi decadencia, mientras me afeito veo que todo aquello que escarbaba, los dolores de cabeza, ya dieron su fruto, y veo frente al espejo unos hermosos cuernos, simultáneos a los de las cabras montesas que recorren las sierras de mi tierra, si alguien vio alguna vez aquí un borrego que se olvide, ahora tiene una bonita cornamenta y se ha convertido en un Cabrón, sin miedo a embestir a toda la miseria que reparten aquellos que se llaman gobiernos, poder o potencias, yo, únicamente, listo para embestir, espero salir y ver montones de cuernos, los de indignación y de los otros, que por desgracia también habrá, pues benditos sean y a utilizarlos. 

Feliz día, al pueblo, al que lucha, al que suda con su frente y lucha por una sociedad mejor en cualquier punto de la tierra.