Harto del ‘mobbing’ inmobiliario al que estaba siendo sometido, un ciudadano chino dejó abierto uno de los grifos de su piso con la intención de anegar la casa y obligar a que los dueños del edificio corrieran con los gastos de la reparación.
Sin embargo, su acción tuvo una imprevista (y espectacular) consecuencia: el agua que caía desde el séptimo piso se heló y creó la cascada helada más grande jamás creada por un ser humano.
Según cuentan varios medios estadounidenses y británicos, los agentes inmobiliarios estaban decididos a desalojar al señor Wen Hsu, después de ofrecerle una suma ridícula de dinero por su apartamento y que este se negara a venderlo. Como forma de protesta, Hsu abrió el grifo del agua y abrió la ventana.
Hsu era el único habitante que quedaba en el edificio, ya que el resto de vecinos cedió a las presiones de la empresa inmobiliaria y abandonaron el inmueble. Wen, de 58 años, permanece atrincherado en su piso, convertido en atracción para cientos de curiosos.
El hombre lleva 30 años viviendo en el mismo lugar y se niega a abandonar el edificio. La empresa quiere demolerlo para construir después un centro comercial.
Por el momento, parece que Wen ha logrado su objetivo, ya que las autoridades chinas han solicitado a la empresa constructora que se siente a negociar y llegue a un acuerdo justo con el dueño del apartamento.
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